60 años de acción por la Naturaleza

© Diego López

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Se acaban de cumplir 60 años del nacimiento de WWF, cuando un grupo de naturalistas pioneros de África, América y Europa se reunieron convencidos de la urgencia de disponer de una herramienta poderosa para defender la naturaleza ante las amenazas que se atisbaban en el horizonte.

El nacimiento de WWF fue una auténtica novedad en aquel momento. Empezó a trabajar como una federación de organizaciones que buscaban recursos para financiar proyectos de conservación en diferentes países, pero pronto se convirtió en una red mundial diversa, multicultural y bien coordinada, capaz de conectar el trabajo local con su acción e influencia a nivel internacional.

Desde el principio nuestro ADN ha estado marcado por un enfoque positivo y orientado a la búsqueda de soluciones, a formar y movilizar a la opinión pública y a crear alianzas con todos los sectores de la sociedad dispuestos a sumar en la defensa del medio ambiente.

WWF surgió a principios de los años sesenta, al comienzo de lo que muchos científicos han llamado La Gran Aceleración, cuando el consumo de recursos naturales (tierras, energía, agua, alimentos, madera o minerales) empezó a crecer exponencialmente y a impactar en los ecosistemas de todo el planeta.

Hemos sido testigos en primera línea de los cambios dramáticos en nuestro planeta y del vertiginoso desarrollo de nuestra civilización y siempre hemos denunciado la falta de equidad con que se ha producido y el enorme coste para la naturaleza a nivel global. Pero en las últimas seis décadas también hemos logrado importantes avances de los que podemos sentirnos orgullosos. En 1980 las áreas protegidas ocupaban tan solo el 1 % del planeta, pero hoy casi el 15 % de la tierra y el 8 % del mar tienen algún tipo de protección legal y trabajamos sin descanso para que en 2030 el 30 % esté protegido de verdad. Algunas especies gravemente amenazadas como tigres, gorilas de montaña, algunas ballenas, pandas gigantes o los grandes predadores europeos han empezado a recuperarse y por fin hemos empezado a romper la dependencia de los combustibles fósiles que alimentan el cambio climático.

No hay tiempo para la complacencia, si queremos conseguir una sociedad neutra en carbono y en equilibrio con la naturaleza antes de que sea demasiado tarde, en los próximos diez años tendremos que avanzar en la defensa de la naturaleza mucho más rápido que en los últimos sesenta.

La sociedad ha empezado a entender que conservar la naturaleza no es solo un deber ético, sino que se ha convertido en una cuestión económica, de desarrollo, de equidad social y de pura supervivencia. Por suerte en todo el mundo se vive un auténtico ecodespertar, con millones de personas trabajando unidas para asegurar un futuro próspero y justo para las generaciones que están por llegar.

Queda mucho por hacer, pero en este 60 aniversario debemos recordar la visión y el trabajo de los fundadores de WWF, la pasión de las personas voluntarias que nos apoyan en todo el mundo, de los miles de organizaciones de la sociedad civil, empresas y gobiernos con los que trabajamos en alianza cada día y de los millones de socios y socias que durante tantos años nos han ayudado y han hecho posible esta apasionante historia.

Nunca ha habido un momento más crítico para actuar por la naturaleza y nunca antes nuestro futuro ha estado en nuestras manos como ahora, juntos debemos aprovechar esta oportunidad.