La Comisión Europea presentó recientemente su Visión de la Agricultura y la Alimentación, cuyo objetivo es establecer una hoja de ruta para la agricultura comunitaria en los próximos años. El documento da pasos muy tímidos hacia la creación de cadenas de suministro de alimentos de la UE más justas y sostenibles. Incluye algunos elementos positivos, como el compromiso de reforzar el cumplimiento de la legislación ambiental, el fomento de la compra pública o la promoción del consumo de proximidad.

Sin embargo, al intentar contentar a todo el mundo, plantea propuestas preocupantes como la supresión de obligaciones ambientales, climáticas y de bienestar animal que han de cumplir los agricultores y ganaderas para cobrar las subvenciones de la Política Agraria Común (PAC). Tampoco aborda cuestiones críticas, como el necesario aumento de los pagos medioambientales o la revisión en profundidad de la PAC para que el reparto de sus ayudas sea más justo, tal como se acordó en el Diálogo Estratégico sobre el Futuro de la Agricultura de la UE.