Inadmisible retroceso en la protección del lobo
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Juan Carlos del Olmo Secretario General de WWF España @jcdelolmowwf
La reciente decisión aprobada en el Congreso de los Diputados de eliminar de un plumazo la protección del lobo ibérico al norte del Duero es un grave error que pone en jaque nuevamente la conservación de una especie clave para nuestros ecosistemas. WWF condena esta medida que supone un retroceso injustificable en la defensa de la biodiversidad y en la aplicación de criterios científicos para la gestión de la fauna salvaje.
También condenamos el sistema utilizado, a través de una disposición adicional en la Ley de desperdicio alimentario que nada tiene que ver con la protección del lobo ibérico. Una maniobra diseñada con la intención de burlar el trámite legal establecido para catalogar y descatalogar una especie amenazada y evitar así los informes científicos y la participación pública, lo que supone un gravísimo precedente.
El lobo ibérico no solo es una especie emblemática, es un arquitecto y regulador natural que mantiene saludables los ecosistemas que necesita nuestra sociedad. Su presencia es fundamental para mantener el equilibrio de la fauna, el control de enfermedades y evitar la sobrepoblación de herbívoros, lo que contribuye a la regeneración de los bosques y de la naturaleza.
Muy al contrario de los que propagan bulos y campañas de desinformación interesadas, ni el lobo amenaza la ganadería extensiva ni su población aumenta descontrolada, de hecho, la población del lobo en España está casi estancada y crece mínimamente desde hace una década, con una evolución que ronda el 1 % anual, según los propios datos de las comunidades autónomas.
La eliminación de su protección legal abre la puerta a una mayor persecución de la especie, lo que, sumado al furtivismo rampante, incrementará la conflictividad y aleja la posibilidad de una coexistencia basada en soluciones efectivas y contrastadas. La inclusión del lobo en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial ha sido una apuesta valiente y sin precedentes por parte del Gobierno, un intento de aunar la ciencia y la coexistencia entre el lobo y la ganadería extensiva que nunca había contado con tantos fondos públicos disponibles dirigidos a prevenir ataques y compensar con rapidez y justicia los posibles daños causados. Como demostramos hace muy poco, ha sido la falta de voluntad de las comunidades autónomas y no la falta de recursos lo que ha impedido mayores avances en esta dirección.
Lejos de mejorar la situación del sector ganadero extensivo, esta decisión desoye las alternativas de convivencia que ya se han demostrado más que viables en España y Europa y apuesta por la vuelta a una gestión política y populista de la naturaleza, basada en cupos y tiros y de espaldas a la ciencia.
Matar lobos en un estado de conservación desfavorable, como en el que se encuentran actualmente las poblaciones ibéricas de la especie, además de un disparate, es ilegal, por eso desde WWF trabajaremos con todos los medios a nuestro alcance para que se revierta esta medida. La conservación de la biodiversidad no es negociable y su protección no puede estar supeditada a intereses de sectores económicos concretos, muy al contrario, debe estar guiada siempre por la ciencia, el interés general y el compromiso con un futuro en el que la naturaleza y las actividades humanas puedan coexistir en equilibrio. No podemos permitir un retroceso como este en la defensa de nuestro patrimonio natural.