Garantizamos la calidad de las restauraciones

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La restauración ecológica es una de las principales herramientas para mitigar y permitir la adaptación a los efectos del cambio climático, preservar y recuperar la biodiversidad autóctona y revertir la degradación de la tierra. Pero es importante garantizar la calidad de los proyectos de restauración, de modo que las inversiones puedan hacerse de forma más eficiente, generar el mayor nivel de recuperación ecológica y aportar los mayores beneficios posibles.

 

Antecedentes

Para abordar este desafío, en 2019 la Sociedad para la Restauración Ecológica (SER) publicó los Principios y estándares internacionales para la práctica de la restauración ecológica, que proporcionan una guía clave para la restauración de ecosistemas degradados en todo el mundo, ya sean terrestres, de agua dulce, costeros o marinos. Una versión nacional y temática corresponde con los Estándares WWF / SER para la certificación de proyectos de restauración de ecosistemas forestales en España, que están compuestos por directrices para la planificación, ejecución, gestión continua y seguimiento de proyectos de restauración de ecosistemas forestales españoles. Están dirigidos a gestores técnicos, legisladores y los tomadores de decisiones de las restauraciones, poniendo el énfasis en que se promuevan las mejores prácticas de principio a fin.

Veinte personas expertas en restauración forestal han formado el Grupo Técnico de Trabajo para la elaboración de estos estándares. Pertenecen a diferentes disciplinas y están vinculadas a diversos campos profesionales para garantizar así su carácter multidisciplinar. El trabajo comenzó en 2010, primero bajo la dirección de WWF España y después en asociación con SER desde 2020, para buscar sinergias y avanzar en la materia. El desarrollo de los estándares ha intercalado revisiones del grupo de trabajo con pruebas piloto para verificar y evaluar su aplicación, además de informes de auditorías independientes para una mejora continua del documento.

 

Estructura de los estándares

Se organiza en torno a tres principios generales. Para cada principio se describen varios criterios con sus correspondientes indicadores. También se recogen varios anexos informativos con materiales de apoyo (lista de verificadores recomendados para la evaluación, propuesta de contenidos para las memorias de proyectos y un glosario).

Los estándares reconocen algunas prácticas que pueden contribuir a mejorar los resultados de los proyectos de restauración: diseño apropiado; buena planificación y ejecución; conocimientos, habilidades, esfuerzos y recursos suficientes; comprensión del contexto y riesgos sociales específicos; participación apropiada de las partes interesadas; y seguimiento apropiado y gestión adaptativa.

Así, el primer principio hace referencia a la “planificación y diseño” donde, por ejemplo, algunos de los contenidos principales tienen relación con que los grupos de interés sean informados y participen, que se identifiquen los ecosistemas de referencia, o que se realice un análisis de los servicios ecosistémicos.

El segundo principio está relacionado con la “ejecución”. El estándar recoge, en este sentido, buenas prácticas como garantizar los recursos humanos y materiales adecuados, el cumplimiento de calendarios y pliegos, y la justificación de desviaciones si fuera necesario.

El tercer y último principio se refiere a la fase de “seguimiento, evaluación, cuidados posteriores y mantenimiento a largo plazo” e incluye planes de seguimiento postejecución y de mantenimiento para garantizar que los proyectos se estabilizan y mantienen.

 

Avanzando hacia la certificación de proyectos

Los ecosistemas forestales en España ofrecen importantes recursos y regulan procesos y funciones vitales, que hacen de su conservación y restauración una excelente inversión económica y social. El recientemente aprobado Reglamento de Restauración de la Naturaleza para Europa, con objetivos vinculantes para los Estados miembros, abre ambiciosas oportunidades para la restauración de ecosistemas en su sentido más amplio: la regeneración de suelos agrícolas, la recuperación de humedales, la rehabilitación de espacios mineros, la restauración de hábitats marinos o la reparación de daños en ecosistemas dentro de áreas protegidas. Por lo tanto, el uso de estándares claros y específicos pueden ser esenciales para reducir el riesgo de impactos negativos sobre ecosistemas, sobre la biodiversidad y ayudar a desarrollar proyectos y programas de restauración de calidad.

Los estándares WWF / SER se postulan con la aspiración de que, en un futuro, puedan ser adaptados y adoptados por otros países de la región mediterránea y se encaucen hacia un sistema de certificación de proyectos similar a la gestión forestal sostenible, por ejemplo. También se ponen de manifiesto otros desafíos, como los que se hicieron públicos en la presentación de los estándares en el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico: la necesidad de un diálogo amplio entre todos los sectores implicados en la restauración, la compatibilización con otras herramientas ya consolidadas o la sostenibilidad económica de su aplicación.