El puzle de los alimentos

© Jorge Sierra / WWF

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Los actuales sistemas alimentarios son la principal amenaza para la salud humana y la naturaleza. La manera en que producimos, consumimos y desperdiciamos los alimentos a nivel mundial provoca el 80 % de la pérdida de biodiversidad y casi un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero. Por tanto, transformar los sistemas alimentarios y hacerlos sostenibles es fundamental.

En el estudio Solving the great food puzzle analizamos más de un centenar de países y llegamos a la conclusión de que hay seis tipos de sistemas alimentarios. Nuestro país se encuentra en el tipo 4, junto a países como México, Italia, Sudáfrica y Turquía, y son aquellos que tienen mayor riesgo hídrico en la producción de alimentos. 

La investigación pone de manifiesto la necesidad de restaurar los ecosistemas como garantes de la producción de alimentos, además de impulsar la producción ecológica, las dietas sanas y sostenibles, y desarrollar cadenas de suministro libres de deforestación y justas para las personas productoras y consumidoras. 

En el caso de España, una de las palancas de cambio más importantes es recuperar el buen estado de los ríos, acuíferos y humedales, especialmente en zonas ligadas a la producción intensiva de alimentos, como Doñana o el Mar Menor. Rediseñar las subvenciones públicas, eliminando aquellos subsidios perversos que afectan a la salud de las personas o la naturaleza, es otro de los elementos a abordar de manera urgente.

El informe destaca también el valor de la dehesa como ejemplo de sistema agrario de alto valor natural y social que, sin embargo, está muy amenazado por diversos motivos, que van desde el abandono al sobrepastoreo, pasando por el cambio climático y la marginación que sufren las ganaderías extensivas por las políticas agrarias y los mercados.