Cerca del límite

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Una vez más, el Informe Planeta Vivo 2024 que acabamos de publicar nos alerta del devastador impacto de las actividades humanas sobre la vida silvestre y los hábitats naturales.

Por todo el planeta se repiten las señales que nos avisan de que estamos llegando a peligrosos puntos de inflexión y alterando los engranajes que permiten la vida en el planeta. Estamos jugando con fuego. La muerte masiva de los arrecifes de coral disminuirá la pesca de la que dependen millones de personas; la deforestación de la selva amazónica podría liberar cantidades ingentes de CO2 a la atmósfera acelerando el calentamiento global; los cambios en la circulación oceánica podrían provocar el colapso del giro subpolar, cambiando drásticamente los patrones meteorológicos en Europa y América del Norte; y la desaparición del manto de hielo en la Antártida y el Polo Norte desencadenará un aumento rápido del nivel del mar.

A pesar de los abrumadores datos de que hoy disponemos, la realidad es que nuestras sociedades y nuestros gobiernos no se están tomando la amenaza en serio, como demuestra la falta de interés por alcanzar muchas de las metas de los ODS para 2030, el incumplimiento del objetivo de mantener bajo control la temperatura media mundial que nos aboca a un aumento de 3° C a finales de siglo y la falta de medidas para detener la irreversible pérdida de biodiversidad.

Necesitamos un liderazgo político más comprometido y sociedades más movilizadas para abordar las principales causas de la pérdida de naturaleza. En este nuevo Informe Planeta Vivo ponemos el foco en tres ejes de acción claros: sustituir rápidamente nuestro sistema energético por otro ecológico y justo con las personas; orientar el sistema financiero hacia modelos de negocio y actividades que contribuyan a proteger la naturaleza, el clima y el desarrollo sostenible; y, muy especialmente, cambiar un sistema alimentario que está destruyendo la biodiversidad, agotando los recursos hídricos mundiales y cambiando el clima sin lograr proporcionar la nutrición que la gente necesita.

Al mismo tiempo, desde WWF pedimos que se redoblen los esfuerzos para conservar la naturaleza, aumentando los espacios protegidos que hoy solo ocupan el 16 % de las tierras del planeta y el 8 % de los océanos, invirtiendo en una gestión eficaz y en la restauración, respetando los derechos de las comunidades locales y de los pueblos indígenas.

Con cada nuevo Informe Planeta Vivo documentamos un mayor deterioro de la naturaleza y una mayor desestabilización del clima. Tenemos muy poco tiempo para situar a la humanidad en una trayectoria sostenible antes de llegar a una situación irreversible.

Gobiernos, empresas, organizaciones y sociedad civil debemos cumplir los acuerdos globales a los que nos hemos comprometido y exigir responsabilidades a quienes no lo hagan. Solo tenemos un planeta vivo y una oportunidad para conseguirlo.