Restaurar la naturaleza
© Silas Ismael / WWF-Brazil
DE LOS OCÉANOS A LOS BOSQUES
CÓMO RESTAURAR LA NATURALEZA DEL PLANETA
Una de las prioridades de WWF en todo el planeta es devolver la vida a los espacios dañados para mitigar la pérdida de biodiversidad y los efectos del cambio climático.
Miles de personas en todo el planeta sufren desplazamientos y muertes provocadas por fenómenos climáticos extremos: temporales, huracanes o lluvias torrenciales como las que azotaron Europa y el Mediterráneo este otoño, que traen consigo además un aumento de la inseguridad alimentaria, falta de acceso al agua potable y expansión de enfermedades. Frente a ello, una naturaleza sana, funcional y biodiversa es la aliada indispensable para frenar estas amenazas, porque es la base de nuestra salud, nuestra economía y nuestro bienestar. Por ello, proteger y gestionar los ecosistemas es vital, y es necesario dar un paso más y restaurar los espacios dañados, asegurando la calidad de las actuaciones sobre el terreno.
El 75 % de la superficie terrestre no cubierta de hielo ha sido transformada por el ser humano desde que comenzó la revolución industrial.
Una alteración sin precedentes en la historia que muestra que conservar ya no es suficiente para detener la rápida degradación de los ecosistemas. Por ello, Naciones Unidas declaró el Decenio para la Restauración de los Ecosistemas que se extiende hasta el año 2030, con el objetivo de devolver la vida a los millones de hectáreas de ecosistemas terrestres y acuáticos degradados.
La naturaleza se está deteriorando rápidamente y el cambio climático no hace más que empeorar las cosas. Por eso la restauración de espacios es fundamental para mitigar las crisis de biodiversidad y climática.
LA RESTAURACIÓN DE ESPACIOS ES FUNDAMENTAL PARA MITIGAR LAS CRISIS DE BIODIVERSIDAD Y CLIMÁTICA.
LA NORMA EUROPEA, UNA INICIATIVA CLAVE
Para revertir la situación debemos restaurar la biodiversidad degradada.
Para ello, la Comisión Europa ha propuesto una ley de restauración que tiene como objetivo restaurar el 20 % de la superficie terrestre y marina europea de aquí a 2030, y todos los ecosistemas que necesiten ser restaurados de aquí a 2050. Esta ambiciosa normativa, pieza clave para cumplir con la Estrategia Europea de la Biodiversidad 2030 y uno de los pilares centrales del Pacto Verde Europeo, está encontrando en su tramitación una fuerte oposición por parte de determinados sectores y partidos políticos debido a su supuesto impacto sobre determinadas actividades como la pesca o la agricultura, algo totalmente injustificado. La normativa, que deberá aprobarse antes de final de año, obligará a los Estados miembros a desarrollar sus propias estrategias para cumplir con el objetivo previsto y será determinante para impulsar los esfuerzos de recuperar hábitats degradados en toda la Unión Europea.
Por otra parte, se calcula que los beneficios de restaurar la naturaleza son diez veces superiores a sus costes.
LA RESTAURACIÓN, EL MEJOR SALVAVIDAS
La humanidad tiene por delante menos de una década para regenerar espacios clave de la naturaleza y revertir su imparable degradación, especialmente intensa a partir de los años setenta del siglo pasado. Por ejemplo, la intensificación de la agricultura y la ganadería junto con la expansión de infraestructuras han arrasado en 13 años más de 43 millones de hectáreas de bosque, una superficie equivalente a Marruecos; la mayoría de los océanos están contaminados y más del 85 % de los humedales se han perdido.
Restaurar el 15 % de los ecosistemas degradados en los lugares adecuados puede prevenir el 60 % de las extinciones de especies previstas, según un estudio publicado en la revista Nature, y tiene el potencial de aumentar la seguridad alimentaria para 1300 millones de personas.
Además, hay una estrecha relación entre la recuperación de espacios naturales y el bienestar humano: pasar dos horas a la semana en contacto con la naturaleza tiene beneficios para la salud y la calidad de vida.
Restaurar ecosistemas cumple un papel fundamental para mitigar los impactos del cambio climático. Un informe, realizado por el Instituto de Política Medioambiental Europea (IEEP) y WWF, concluye que la restauración de hábitats degradados podría absorber 300 millones de toneladas de dióxido de carbono al año, es decir, una cantidad similar a las emisiones anuales de gases de efecto invernadero de España. Los bosques y los humedales son los ecosistemas cuya restauración resulta más eficaz en cuanto a la captación de carbono. En la Unión Europea, esto incluye bosques como los hayedos y la taiga occidental y humedales como las turberas o marismas.
Existen iniciativas globales para restaurar a gran escala, como el Desafío de Bonn (Bonn Challenge), cuya meta es restaurar 150 millones de hectáreas de tierras deforestadas y degradadas para 2020 y 350 millones de hectáreas para 2030; AFR100 para recuperar 13,5 millones de hectáreas de bosques degradados y deforestados en 9 países del centro y este de África hasta 2027; o el Compromiso de Agadir para el Mediterráneo y la iniciativa 20×20 de América Latina y El Caribe.
RESTAURAMOS LOS BOSQUES DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
Junto a los gobiernos de 17 países y 40 entidades de conservación, en WWF somos parte de la Iniciativa 20x20 del World Resources Institute (WRI), cuyo objetivo es restaurar 30 millones de hectáreas de tierras degradadas en América Latina y el Caribe para el año 2030 a través de prácticas sostenibles a largo plazo, que promuevan la eficiencia económica, la sostenibilidad del ecosistema y el bienestar social en la región.
Lanzada oficialmente en 2014 durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 20), la iniciativa apoya el Desafío de Bonn y la Declaración de York sobre los Bosques, encaminada a restaurar 350 millones de hectáreas para 2030.
Actualmente, más del 40 % de los bosques de América Latina y el Caribe están degradados o han sido deforestados, debido fundamentalmente a la agricultura y ganadería intensivas, que se ha expandido 36 millones de hectáreas a costa de los paisajes naturales.
RESTAURAMOS NATURALEZA POR EL MUNDO
Para recuperar parte de lo perdido en los devastadores incendios que arrasaron los bosques australianos hace cuatro años, donde murieron o resultaron heridos más de 3000 millones de animales y ardieron 7000 millones de árboles, estamos usando drones que dispersan semillas y hemos colocado 1100 cámaras para realizar un seguimiento exhaustivo de su restauración.
Desde hace dos décadas y en colaboración con los gobiernos de Bulgaria, Moldavia, Rumanía y Ucrania, estamos recuperando cerca de mil kilómetros del corredor verde bajo del Danubio, restaurando sus humedales y sus llanuras aluviales para proteger su rica biodiversidad y prevenir las inundaciones debidas al cambio climático, además de favorecer a las economías locales.
Y en el norte de África, durante los próximos tres años restauraremos parte de la cuenca hidrográfica del río Sebou (Marruecos), los humedales costeros de Ghar el Melah y las zonas húmedas de la llanura de Guerbes-Sanhadja (Túnez y Argelia).
NUESTRO TRABAJO EN ESPAÑA
Solamente el 9 % de los hábitats declarados de interés, los más valiosos de España, presentan un buen estado de conservación. La degradación es patente en todos los tipos de ecosistemas y en todas las regiones biogeográficas del país, siendo los bosques y las turberas, seguidos de los ecosistemas dunares y costeros, los hábitats más degradados.
Con el apoyo de distintas entidades, llevamos más de una década realizando proyectos de restauración forestal en áreas naturales emblemáticas en diferentes puntos de la geografía española.
DOÑANA
Tras el incendio de junio de 2017 en el que ardieron más de 10 300 hectáreas, hemos recuperado 48 hectáreas de terreno favoreciendo la regeneración natural, hemos plantado especies autóctonas y cultivado especies amenazadas, creando zonas de refugio, alimentación y nidificación para aves, murciélagos y polinizadores. En los próximos años queremos recuperar otras 100 hectáreas. Todo ello en colaboración con la Junta de Andalucía y otras entidades.
CORTES DE PALLÁS
En Yátova, Valencia, donde ardieron casi 30 000 ha en el incendio de Cortes de Pallás en 2012, estamos recuperando 125 hectáreas mediante un paisaje en mosaico más biodiverso y adaptado al fuego para que sirva como ejemplo de restauración en zonas incendiadas. La introducción de la ganadería extensiva o el uso de especies aromáticas en antiguos cultivos son iniciativas para una mayor sostenibilidad de estos nuevos paisajes cortafuegos.
CASTILLA-LA MANCHA
En Castilla-La Mancha estamos trabajando en un modelo de gestión forestal junto a la administración pública, las certificadoras y la población local para recuperar 200 hectáreas de monte público y contribuir al desarrollo sostenible de la región y de sus servicios ecosistémicos.
ESTUARIO DEL GUADALQUIVIR
Como ejemplo de restauración en zonas húmedas y a través del proyecto Misión Posible, hemos recuperado 6 hectáreas de marisma en Trebujena. El trabajo realizado ha permitido transformar unas tierras agrarias abandonadas en un lucio, que se ha incorporado a la zona de marisma y que sirve de refugio y zona de cría para diferentes especies como la amenazada cerceta pardilla. La marisma ha recuperado su biodiversidad y ya están nidificando numerosas especies de aves.
LITORAL DE BARCELONA Y GIRONA
El proyecto Life Ecorest tiene el objetivo de restaurar cerca de 30 000 hectáreas de hábitats marinos profundos en Cataluña, en una zona de alto valor ecológico a lo largo del litoral de Barcelona y Girona. Gracias a la participación activa del sector pesquero, hemos logrado recuperar y liberar más de 250 corales y gorgonias procedentes de capturas accidentales en redes de pesca. El proyecto, que coordina el ICM-CSIC, cuenta como socios, además de WWF y la Fundación Biodiversidad, con la Federación de Cofradías de Pescadores de Girona y la Universidad de Barcelona.
MALLORCA
En Baleares trabajamos junto con el Ajuntament d’Alcúdia y la UIB en RestaurAlcúdia, un ambicioso proyecto para la recuperación ambiental de los humedales de Maristany y Estany des Ponts, una zona muy degradada pero de gran valor social y como corredor ecológico, que contribuirá a mitigar las inundaciones derivadas por gota fría. Este proyecto cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), financiado por la Unión Europea‑NextGenerationEU.
LA MANGA DEL MAR MENOR
Y otro proyecto innovador, apoyado también por la Fundación Biodiversidad en el marco de los fondos europeos, es Resalar, que coordina la Fundación ANSE, y nace con el objetivo de recuperar los valores naturales en 16 hectáreas de La Manga, restaurar una salina abandonada para recuperar su actividad económica y dos espacios de dunas litorales actualmente invadidos por especies exóticas. Trabajamos así en dos de los ecosistemas más importantes para luchar contra los efectos del cambio climático.
GRACIAS A PERSONAS COMO TÚ, QUE NOS BRINDÁIS VUESTRO APOYO, PODEMOS SEGUIR RECUPERANDO TERRENO PARA LA NATURALEZA.