Incendios inapagables
© Unidad Militar de Emergencias
Los últimos meses hemos presenciado una serie de incendios que se quedarán en nuestra retina para siempre. Tenerife, Canadá, Hawái y Grecia son solo algunos ejemplos de grandes incendios cuya evolución se ha visto marcada por las olas de calor, la sequía persistente y la falta de humedad en el suelo de los bosques.
Hemos vivido el verano más caluroso de la historia y, ante la crisis climática, no se espera que la peligrosidad de los incendios vaya a mitigarse, sino más bien todo lo contrario. De hecho, esta emergencia climática, junto a la enorme acumulación y continuidad del combustible, ha propiciado una última generación de incendios capaces de modificar las condiciones meteorológicas de la zona, produciendo pirocúmulos que en caso de que se desplomen, pueden derivar en tormentas de fuego. Además, se comportan de una forma tan impredecible que imposibilitan su extinción.
Son los llamados “incendios de sexta generación”.
Gestionar paisajes vivos, diversos, resistentes y resilientes es la estrategia más eficaz para reducir el riesgo e impacto de estos incendios que provocan verdaderas emergencias no solo a nivel ambiental, sino también humano.
En WWF buscamos crear conciencia social y asumir una responsabilidad colectiva, pero también promover medidas de prevención e impulsar una Estrategia Estatal de Gestión Integral de Incendios Forestales que transforme el territorio y lo vuelva más resistente al fuego.