Pasos históricos para proteger el mar

© naturepl.com / Pascal Kobeh / WWF

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Las aguas oceánicas de La Tierra, incluidos los océanos Ártico, Atlántico, Índico, Pacífico y Austral, suministran más de la mitad del oxígeno que respiramos y proporcionan alimento y medios de vida a miles de millones de personas de todo el planeta. Pero además también son el hogar de una maravillosa variedad de especies salvajes, desde el diminuto plancton hasta la ballena azul, la criatura más grande que jamás ha existido.

Siglos de sobreexplotación y negligencia están sumiendo al océano global en una crisis que amenaza con convertirlo en un vasto páramo azul. A ello hay que sumar los cambios provocados por el cambio climático, como nos muestra el último informe del IPCC de la ONU presentado hace pocas semanas y que afirma que el nivel medio del mar ha aumentado 20 centímetros entre 1901 y 2018 y que se está acelerando.

Los científicos también nos advierten de que, de seguir así, estamos abocados a un calentamiento global de entre 2 y 3 grados que fundirá casi por completo todo el hielo del Ártico occidental y de Groenlandia, provocando una subida de casi 15 metros en el nivel del mar para el año 2300.

Ha llegado el momento de cambiar nuestra forma de ver el océano y dejar de considerarlo un simple lugar donde cogemos lo que queremos y tiramos lo que nos sobra, y comenzar a apreciarlo como un recurso compartido de inmenso valor y nuestra mejor baza para aminorar los impactos del cambio climático.

Afortunadamente la suerte del océano ha empezado a cambiar y tras décadas de conversaciones y demandas de las organizaciones de defensa del medio ambiente como WWF, el pasado 5 de marzo celebramos la aprobación en la ONU del Tratado Global de los Océanos, que crea por primera vez un marco vinculante para la conservación de la vida marina en alta mar y para restringir las actividades perjudiciales en dos tercios del océano.

Este acuerdo era esencial para cumplir con el compromiso de proteger el 30 % de la superficie terrestre y marina para el año 2030, que adquirieron 188 gobiernos reunidos en Montreal el pasado mes de diciembre en la Conferencia de las Partes del Convenio sobre Biodiversidad. Sin el Tratado Global de los Océanos no dispondríamos de un mecanismo legal necesario para establecer Áreas Marinas Protegidas (AMP) en alta mar y el objetivo de la COP15 estaría abocado al fracaso.

Este acuerdo histórico para proteger el océano más allá de las aguas jurisdiccionales de cada nación permitirá un uso más sostenible de los recursos naturales y, sobre todo, evitará que las zonas de alta mar sigan siendo el patio trasero de la humanidad, donde nadie interviene y reina la total impunidad.

En España la protección del mar también avanza a buen ritmo gracias al proyecto Intemares y al compromiso del Gobierno español de proteger el 25 % de la superficie marina para 2025 y llegar a cubrir el 30 para 2030, algo para lo que organizaciones como WWF hemos trabajado sin descanso durante muchos años.

Queda un enorme trabajo por hacer para proteger y restaurar la biodiversidad y en particular la vida marina, pero nuestra perseverancia empieza a tener su recompensa y gracias a la ayuda de personas como tú en todo el mundo seguiremos dando pasos para hacerlo realidad.