Un año para recordar

© Alberto Alvarez / Canon

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Termina otro año vertiginoso para quienes nos preocupa la aceleración en la destrucción de la naturaleza.

La temperatura global se acerca peligrosamente a 1,5°C y nuestro último Informe Planeta Vivo refleja que nuestro planeta ha perdido casi tres cuartas partes de la vida silvestre desde 1970 debido a la enorme presión que ejercemos sobre los ecosistemas. Ambos datos reflejan la doble crisis de naturaleza y de biodiversidad que debemos enfrentar.

En España, como recordatorio de nuestra fragilidad ante el calentamiento global, este último verano hemos vivido tres olas de calor consecutivas, la reducción drástica de las reservas de agua e incendios de sexta generación como el de la Sierra de la Culebra, el más grande de la historia de España con más de 36.000 hectáreas destruidas.

Esta realidad, por abrumadora que parezca, debe hacernos trabajar con aún más intensidad para inclinar la balanza en favor de la naturaleza, aunque no nos olvidamos de poner en valor las noticias positivas. Por ejemplo que, junto con otras organizaciones, hemos impulsado y logrado el primer tratado internacional para acabar con la contaminación por plásticos o que, por fin, en la COP27 se han puesto las bases para un fondo especial de pérdidas y daños que ayudará a los países más vulnerables a adaptarse y luchar contra el cambio climático.

En Europa hemos contribuido a alcanzar un acuerdo histórico para luchar contra la deforestación importada y también a que esté sobre la mesa una ley de restauración ecológica que permitirá recuperar la naturaleza en al menos el 20% de la superficie terrestre y marina de toda la Unión.

En España ya casi la mitad de la energía producida es de origen renovable, proporcionándonos mayor independencia ante el aumento del precio de la energía provocado por la guerra de Ucrania. Y hemos conseguido avances muy importantes para lograr una agricultura y ganadería más sostenibles y respetuosas con la biodiversidad, así como el compromiso del Gobierno español de que el 25% de nuestra superficie marina esté protegida para 2024.

Hemos movilizado a la sociedad española y europea para frenar la iniciativa de amnistiar cientos de hectáreas de cultivos ilegales de fresas que acosan Doñana y el Gobierno central ha presentado un ambicioso plan, largamente esperado, para restaurar estas marismas. Celebramos también que la población de linces ibéricos en libertad supere ya los 1.300 ejemplares y que, por fin, el lobo ibérico goce de protección legal y de una estrategia para garantizar su coexistencia con la ganadería extensiva.

Estos son solo algunos de nuestros logros, entre muchos más, para avanzar hacia un mundo más sostenible y mejor, aunque sabemos bien que no son suficientes. Muchos de ellos parecían imposibles y con tu ayuda se han hecho realidad.

Gracias un año más por tu apoyo: seguimos contando contigo.