Bancos centrales por la naturaleza y la lucha contra el cambio climático

Llamada a la acción para asegurar la transición a una economía con cero emisiones netas.

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Los bancos centrales y los supervisores financieros deben intensificar su acción sobre la naturaleza y el clima, las dos caras de una misma crisis ambiental que impacta en los precios y la estabilidad financiera. Así se lo hemos pedido, junto a más de 90 organizaciones como la Iniciativa Financiera del PNUMA o la Oficina Europea de Medio Ambiente, en el documento Llamada a la acción para asegurar la transición a una economía con cero emisiones netas y saldo positivo para la naturaleza. El informe recoge que las instituciones financieras deberían publicar planes de transición creíbles respecto a todas sus inversiones, prácticas crediticias y criterios de concesión de préstamos.
Los bancos centrales y los supervisores financieros deben adoptar medidas para asegurar una naturaleza en positivo para 2030, limitar el calentamiento a 1,5°C y lograr emisiones netas cero en 2050. Deben también fomentar la transformación económica, garantizando que las políticas monetarias y los instrumentos de regulación financiera reflejen mejor el coste económico, y deben dejar de invertir en actividades económicas y empresas perjudiciales para el medio ambiente.
Cada año, y hasta 2030, la pérdida de naturaleza podría costar a la economía mundial 2,7 billones de dólares y hasta 24 billones de dólares en activos podrían estar en riesgo por un calentamiento de 2,5°C. Si el calentamiento global no disminuye, podría crearse un mundo “no asegurable” debido a sus riesgos e impactos climáticos.

Los bancos centrales y las autoridades de supervisión financiera deberían aplicar un enfoque preventivo y trabajar de manera proactiva para evitar futuros riesgos, centrándose en los sectores y empresas más perjudiciales para la naturaleza.