Naturaleza en estado de alerta

© Juan Carlos del Olmo / WWF España

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Los datos que arroja esta última edición de nuestro Informe Planeta Vivo no pueden ser  más preocupantes. La naturaleza nos lanza mensajes de alarma desde todos los rincones del planeta.

Esta radiografía de la biodiversidad en el mundo que realizamos cada dos años desde 1998 revela una brutal caída de las poblaciones de mamíferos, aves, reptiles, peces y anfibios: un 69% de descenso entre 1970 y 2018. Para obtener este dato hemos analizado la evolución de 32.000 poblaciones de 5.230 especies de vertebrados, un esfuerzo extraordinario jamás realizado hasta la fecha.

Midiendo la evolución de las poblaciones de estas especies podemos también deducir la situación de los ecosistemas en los que viven y que son precisamente de los que dependemos los seres humanos. Son esas tramas vitales las que nos proveen de todo lo que necesitamos a cambio de nada. De ellas depende nuestra seguridad alimentaria, la regulación y purificación del agua y el aire, un clima estable, la polinización, la dispersión de semillas y el control de enfermedades y plagas, pero también nuestro esparcimiento, equilibrio y calma.

Está claro que atravesamos una crisis climática, pero también nos enfrentamos a una crisis de pérdida de biodiversidad y ambas no pueden seguir siendo tratadas de forma separada, porque la presión que estamos ejerciendo sobre la naturaleza y los ecosistemas socava su capacidad para ayudarnos en la mitigación y la adaptación al cambio climático, además de exponer a las poblaciones humanas más pobres y vulnerables a los riesgos más grandes.

En WWF no nos rendimos y estamos convencidos de que aún estamos a tiempo de revertir la pérdida de naturaleza y por eso hemos titulado Hacia una sociedad con la naturaleza en positivo a este último Informe Planeta Vivo. No existen soluciones únicas para abordar estos desafíos complejos e interrelacionados y para detener la pérdida de naturaleza ya no basta solo con proteger los espacios y las especies. Necesitamos transformaciones que abarquen todo el sistema: cómo producimos y consumimos, la tecnología que usamos y también cómo gestionamos nuestros sistemas económicos y financieros. 

Una de estas soluciones pasa por invertir a gran escala en la restauración de los ecosistemas, porque restaurar la naturaleza, curar las heridas que hemos causado, al igual que potenciar las energías renovables, es la mejor inversión que la humanidad puede hacer en su futuro y produce resultados casi inmediatos, porque la naturaleza nos ha demostrado que puede resurgir con gran rapidez si le damos la oportunidad.

Sabemos que las causas de la pérdida de biodiversidad son complejas y que no hay una solución única y sencilla. Por eso es tan importante que el mundo adopte un objetivo mundial común por la naturaleza, que oriente e impulse urgentemente medidas por parte de los gobiernos, las empresas y la sociedad.

Necesitamos un plan que se acuerde a nivel global y que se ejecute a nivel local y que fije resultados medibles y con un plazo determinado, lo que en WWF llamamos Naturaleza en Positivo para 2030. Un plan que guíe a la sociedad, a los gobiernos y a las empresas en los próximos años y que nos permita conseguir que al final de esta década haya más naturaleza que al principio. Más bosques naturales, más peces en los mares y ríos, más polinizadores en nuestros cultivos, más biodiversidad en todo el mundo.

En diciembre de 2022 tendrá lugar en Montreal la COP15 del Convenio de Diversidad Biológica de Naciones Unidas que debe acordar un nuevo Marco Global para la Biodiversidad. Las y los líderes mundiales no pueden dejar pasar esta oportunidad. Por eso en WWF queremos movilizar a los gobiernos, las comunidades locales, el sector empresarial, las instituciones financieras e incluso a los consumidores para que adopten y contribuyan a este objetivo común mundial.

La naturaleza es el mejor seguro de vida para nuestra supervivencia y no podemos seguir dominándola de forma tan irresponsable, dando por hecho que estará siempre a nuestra disposición, despilfarrando sus recursos de manera insostenible y repartiéndolos sin equidad.

Nos encontramos en una encrucijada, pero gracias a todos los socios y socias que nos apoyáis conseguiremos que la voz de la naturaleza sea finalmente escuchada.