Un mundo rural vivo y con futuro

© Hernán Piñera / Flickr.com/hernanpc

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TRABAJAMOS POR UN MUNDO RURAL PRÓSPERO Y VIVO

Por Nylva Hiruelas

La agricultura y la ganadería pasan por un momento complicado por la sequía, la incertidumbre o el aumento de los precios. En WWF tenemos algunas propuestas para aliviar la situación.

La Política Agraria Común, cuya renovación y adaptación al nuevo escenario mundial lleva un tiempo discutiéndose, podría ser la clave para conseguir una agricultura y una ganadería con futuro y que sirva de motor del desarrollo rural.

Pocas veces el mundo rural ha estado tan presente como en los últimos tiempos en el debate político, con la polémica sobre las macrogranjas o la manifestación que diversas organizaciones convocaron el pasado 20 de marzo en Madrid. Sin duda, la agricultura y la ganadería atraviesan un momento complicado por la sequía, el aumento de los precios de la electricidad y de otros insumos, como los fertilizantes sintéticos, la incertidumbre por el desabastecimiento de cereales baratos ante la crisis derivada de la guerra en Ucrania, la falta de servicios o la dificultad del relevo generacional.

En España, la alimentación genera más impacto ambiental que el coche, la ropa o el móvil.

La influyente revista The Economist dedicó su portada de la última semana de mayo a La próxima catástrofe alimentaria, donde confirma la crisis alimentaria que puede sufrir el mundo en los próximos meses. Si algo ha puesto de manifiesto el contexto actual es la inseguridad del modelo de producción y consumo predominante, muy deslocalizado, basado en energías fósiles y un voraz devorador de recursos naturales. Los países ricos han convertido el campo en una fábrica global. De hecho, un reciente estudio coordinado por el Joint Research Centre (JRC), el centro de investigación de la Comisión Europea, concluye que la alimentación en España genera más impacto ambiental que el coche, la ropa o el móvil.

© Adriano Gambarini / WWF-Brazil
Vista aérea de caminos sin asfaltar que separan monocultivos de soja de zonas boscosas en la región de Ribeiro Gonçalves, Brasil.

Los alimentos llegan a recorrer más de 6.000 km desde su lugar de origen hasta nuestro plato.

Un sistema agroalimentario en el que gran parte de los alimentos llegan a recorrer más de 6.000 km hasta llegar a nuestro plato no puede ser sostenible. Un ejemplo es el sector de la ganadería industrial nacional, que se alimenta, en muchos casos, con soja proveniente de Brasil, donde se deforestan grandes extensiones de bosques y selvas para plantar estos monocultivos para abastecer a macrogranjas que contaminan y cuya carne, a su vez, se termina exportando. Un absurdo y largo viaje que es el retrato de un sistema agroalimentario fallido.

Desde hace años, España es la fábrica de carne de Europa y China, con la producción industrial de cantidades ingentes de animales para abastecer al mercado internacional. La ganadería industrial se ha convertido en un gran negocio con beneficios para unas pocas personas a costa de la degradación ambiental y el abandono del pastoreo. El último censo agrario del Instituto Nacional de Estadística confirma este cambio de tendencia: en una década, España ha perdido 170.000 granjas, pero produce entre dos y cinco veces más cantidad de cerdos y pollos. Unos datos que confirman la progresiva desaparición de la ganadería social y familiar sostenible.

© Shutterstock / Chirath photo / WWF
Cría intensiva de cerdos para consumo humano.
© Sodel Vladyslav / Shutterstock
Cría intensiva de gallinas para consumo humano.
© Sonia Cervelló / WWF
Cereal seco y subdesarrollado debido a la sequía en un cultivo en Toledo.
© Jorge Sierra / WWF
Olivares y viñas sin cubierta vegetal.

LA PAC, UNA POLÍTICA CLAVE PARA LOGRAR UNA TRANSICIÓN AGROECOLÓGICA

El futuro de la España vaciada depende de que la PAC apoye los rebaños en el campo, las producciones de alto valor natural y la agricultura ecológica.

La Política Agraria Común (PAC) es una de las políticas con mayor peso dentro de Europa, con casi un tercio del presupuesto comunitario, unos 60.000 millones de euros al año, y condiciona las decisiones diarias de agricultores y ganaderos. Por ello, el futuro de la España vaciada y de nuestra alimentación dependen de una PAC verde y justa que apoye los rebaños en el campo, las producciones de alto valor natural y la agricultura ecológica.

El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, anunció en mayo en el Senado que presentará próximamente el proyecto de ley para aplicar en España la nueva PAC, aunque desde WWF y SEO/BirdLife creemos que carece de la ambición necesaria para garantizar la transición agroecológica y la recuperación verde.

Por ello, reclamamos una nueva PAC con un pago básico que garantice el apoyo a la renta a las explotaciones de mayor valor socioambiental, como las situadas en Red Natura 2000, en producción ecológica y las dedicadas a la agricultura y ganadería de alto valor natural. Hasta ahora, la PAC ha repartido los fondos de una manera injusta y “poco verde”, con paradojas como las que se producen en la comarca de La Vera, Cáceres, donde un productor de tabaco (cultivo intensivo) puede cobrar hasta 1.400 euros por hectárea mientras que un agricultor de cereales de secano (cultivo extensivo) solo recibe 120 euros.

Es necesario que en esta nueva PAC se programen medidas agroambientales para retos ambientales transversales, como la coexistencia con grandes carnívoros y el apoyo a la trashumancia en ganadería, y se garantice que se aplican las medidas de gestión agraria necesarias para alcanzar los objetivos de conservación de los espacios en Red Natura 2000 en todas las comunidades autónomas. Pero, además, hay que identificar y eliminar los efectos perversos de algunos subsidios que suponen intensificar el modelo productivo más allá de la capacidad de la naturaleza, como las inversiones destinadas a la modernización agraria que, con demasiada frecuencia, generan impactos negativos sobre la biodiversidad, el suelo, los ríos y los acuíferos, elementos esenciales para el futuro de la agricultura, además de para la salud de las personas.

© Jorge Sierra / WWF
Un suelo sano y fértil es vital para nuestra seguridad alimentaria.

CLAVES PARA UNA TRANSICIÓN RURAL VERDE, JUSTA Y RENTABLE

La España vaciada no podrá ser una fuente de oportunidades si no recuperamos una política de estado para el mundo rural, que apueste por la revitalización económica de los pueblos, la creación de empleo estable y de calidad, y el freno al despoblamiento bajo el paradigma de la sostenibilidad. Las administraciones deben garantizar una vida digna en los pueblos, con servicios públicos de calidad (sanidad, educación, transporte, etc.), asegurando a la par la digitalización responsable y el teletrabajo para fijar población, prestando especial atención a jóvenes, mujeres y personas mayores. Impulsar el relevo generacional en el campo, prioritariamente en fincas de alto valor natural, como las de ganadería extensiva, en la Red Natura 2000 y en producción ecológica, es otra de las medidas clave. Y es necesario, además, declarar inmediatamente una moratoria a cualquier proyecto nuevo o a la ampliación de explotaciones de ganadería industrial, así como los que se encuentran en tramitación.

El momento es complicado, pero la oportunidad es histórica para trabajar por un mundo rural próspero, vivo y con futuro. Frente a un modelo rural industrial que expulsa a la agricultura familiar de los pueblos y que es la responsable de habernos traído hasta aquí existen modelos sostenibles que cuidan la tierra, proporcionan bienes y servicios valiosos, alimentos sanos, generan empleo en la España vaciada y afianzan la soberanía alimentaria. Esta agricultura y ganadería responsable es clave en la solución a la crisis rural y ambiental.

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RECLAMAMOS UNA POLÍTICA DE ESTADO PARA EL MUNDO RURAL QUE APUESTE POR:

– La revitalización económica de los pueblos.
– La creación de empleo estable y de calidad.
– El freno al despoblamiento asegurando la sostenibilidad.

 

LAS ADMINISTRACIONES DEBEN:

– Garantizar una vida digna en los pueblos con servicios públicos de calidad.
– Asegurar una digitalización responsable.
– Fomentar el teletrabajo para fijar población.
– Prestar especial atención a jóvenes, mujeres y personas mayores.
– Impulsar el relevo generacional en el campo priorizando fincas de alto valor natural.
– Declarar inmediatamente una moratoria a proyectos nuevos y a tramitaciones de ampliación de explotaciones de ganadería industrial.