Si no conseguimos proteger Doñana ¿cómo vamos a poder conservar otros espacios?

© Carlos Romero

Imagen de portada

La situación que se puede dar en Doñana si sale adelante la proposición de ley del Parlamento andaluz es una seria advertencia para quienes creemos en las áreas protegidas.

Doñana es uno de los lugares más “protegidos” del planeta. Está reconocido internacionalmente como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y es humedal Ramsar de importancia internacional, además de ser una Reserva de la Biosfera y un Área Mundial Clave para la Biodiversidad. Está incluido en la red Natura 2000 y es un Parque Nacional. Y, a pesar de todo ello, está un paso más cerca de la extinción.

Es fácil culpar a los políticos, y deberíamos hacerlo, pero este desastre obliga a plantearse varias preguntas. El Gobierno español y la Comisión Europea amenazan con actuar, pero ¿dónde está el clamor local, nacional e internacional por la pérdida de nuestro patrimonio común? ¿Por qué no salimos a la calle para protestar por la destrucción de este bien público tan importante? ¿Cómo es posible que los políticos andaluces crean que esta proposición de ley puede hacerles ganar votos en las próximas elecciones en vez de penalizarles? ¿Dónde está la condena global de los conservacionistas? ¿Es parte del problema que no nos preocupamos lo suficiente por los humedales?

WWF, junto con SEO/BirdLife y otras organizaciones, estamos tratando de movilizar a la sociedad civil, pero es difícil en el clima actual. Hay muchos problemas ambientales, como el cambio climático, seguimos conviviendo con la pandemia y la guerra ha estallado en Ucrania. Pero no podemos obviar que otro motivo es la poca importancia que damos a los humedales y a los ecosistemas de agua dulce.

La expansión de las áreas protegidas es una parte importante de los esfuerzos para revertir la pérdida global de naturaleza, pero tener más áreas terrestres protegidas no significa proteger a los sistemas de agua dulce que las nutren o a los ríos que fluyen a través de ellas o al agua subterránea que se almacena debajo de la superficie. Debemos elevar el agua dulce al mismo nivel que la tierra y el mar.

La situación de Doñana muestra que su protección legal no es suficiente, pero en WWF no nos desanimamos. Porque vale mucho más que las fresas. Porque no podemos permitirnos el lujo de perder Doñana. Y porque si no podemos salvar uno de los lugares más protegidos de la Tierra, ¿qué seremos capaces de conservar?

 

Texto traducido y adaptado.