El indulto a las fresas ilegales atenta contra Doñana

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Las alarmas, una vez más, han vuelto a sonar. El Parlamento de Andalucía tramita estas semanas una proposición de ley que podría legalizar hasta 1.900 hectáreas de invernaderos dedicados al cultivo de fresas que ahora ocupan el suelo y se riegan ilegalmente con agua procedente del acuífero sobreexplotado del Parque Nacional de Doñana.


Miguel Delibes, presidente del Consejo de Participación de Doñana y una de las personas que mejor conocen este espacio, ha calificado este intento electoralista de legalizar el expolio de agua como “brutal, irresponsable y frívolo” y no puedo estar más de acuerdo. En nuestra larga historia en defensa de Doñana nos hemos enfrentado a todo tipo de amenazas, pero sin duda la de la agricultura intensiva e ilegal es la peor de todas. Como hemos denunciado tantas veces, la pasividad de las administraciones responsables de cuidar Doñana ha permitido que los invernaderos de fresas y frutos rojos hayan ocupado sin control miles de hectáreas, aislado su biodiversidad, sobreexplotado los acuíferos y casi secado los arroyos que llegaban a la marisma. Doñana ya está en una situación crítica. Las lluvias son cada vez más raras debido al cambio climático y a la presión de los invernaderos hay que sumar las extracciones de agua de Matalascañas y la agricultura intensiva que se bebe entero el río Guadiamar.


La noticia también ha movilizado al Ministerio para la Transición Ecológica, que ha declarado que no habrá agua para las explotaciones indultadas, y a la Comisión Europea, harta de engaños, que ha asegurado que hará cumplir la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que este mismo año condenaba al Estado español por las “extracciones desmesuradas de agua subterránea” en el espacio natural de Doñana. Además, organismos internacionales como UNESCO, UICN y Ramsar, que mantienen Doñana bajo una estricta vigilancia, han mostrado su preocupación y miles de científicos han firmado un manifiesto oponiéndose a la legalización.


Pero esta vez también 35 supermercados y empresas distribuidoras de las fresas de Doñana y de Huelva en Europa se han dirigido al presidente de la Junta de Andalucía para pedirle que pare esta amnistía y le han recordado que los consumidores europeos no quieren ser cómplices de la destrucción de las marismas donde invernan y se reproducen sus aves. La aprobación de esta proposición supondría un enorme desprestigio internacional para las fresas de Doñana y de Huelva, que se enfrentan ya a una competencia cada vez mayor en Europa.


La situación también es injusta para los agricultores legales que se esfuerzan para avanzar en la sostenibilidad de sus cultivos, porque además de dañar su reputación internacional, se recompensa a los ilegales que venden en los mismos mercados ejerciendo una competencia desleal.
Esta propuesta de ley inaceptable sigue su trámite parlamentario y es difícil saber si la razón triunfará. Pero Doñana es la cuna de WWF y un lugar único que nunca vamos a abandonar, como tampoco vamos a permitir que quienes deberían protegerla rubriquen su final. Gracias al apoyo de nuestros socios y socias seguiremos peleando para defender estas marismas y recuperar su extraordinario patrimonio natural.