Centinelas del veneno

© Jorge Sierra / WWF España

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En WWF trabajamos para acabar con el veneno desde hace más de 20 años. En este tiempo se han encontrado más de 21.000 animales muertos por esta causa, pero sabemos que es solo la punta del iceberg, porque el veneno no siempre es fácil de detectar y por eso estimamos que han podido morir hasta 200.000. Uno de los problemas del veneno es que no distingue a quién mata, puede ser una especie en peligro de extinción o una mascota. Y, además, colocar cebos envenenados es delito.

Como un paso más para seguir avanzando y concienciando sobre el uso de tóxicos en la naturaleza, hemos puesto en marcha Centinelas del veneno, un proyecto en el que hemos marcado con GPS a varias rapaces para saber al instante si les pasa algo y dónde. Para ello contamos el apoyo de GREFA, socios en varios proyectos contra el veneno y expertos en marcaje y seguimiento de rapaces, y también con grupos de investigación del CSIC. De esta manera, en el momento en el que se detecta algún problema es posible actuar con rapidez para acabar con la trágica cadena del veneno y tenemos más posibilidades de llevar ante la justicia a quien ha cometido el delito. Para ello contamos con el apoyo de técnicos especializados, agentes ambientales y el SEPRONA.

Centinelas del veneno es una acción innovadora sobre la utilidad de las aves marcadas con GPS para dar idea de la relevancia de los delitos contra la biodiversidad y la importancia de perseguirlos. Tanto es así, que ha sido elegida como acción demostrativa en el proyecto SWiPE (Persecución Exitosa de los Delitos contra la Biodiversidad en Europa, por sus siglas en inglés), un proyecto LIFE internacional en el que un total de 11 países trabajaremos en red con el objetivo de reducir estos crímenes, responsables del declive de muchas de nuestras especies más amenazadas.

 

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